Ayer domingo a la noche volví a casa de mis sobrinos a ver como matábamos la noche. Les llevé varios juegos para que decidieran ellos. Teníamos a sus disposición el Aventureros al tren, el Carcassonne, el Alhambra y Giganten. Yo hubiera preferido este último, pues me encanta las subastas. José María prefería el Alhambra donde tiene un record de 3-0 en victorias y Alfonso el Carcassone.
Al final jugamos a este último. A este juego he llegado a jugar con mis otros sobrinos, Cristina y Oscar (los de la foto). 4 y 6 años recién cumplidos. Jugamos sin poner figuritas y sin llevar los puntos.
En esta partida la única concesión que hacemos a los menores de 6 años es dejarles contar nuestros puntos de victoria. Así, mi sobrina Teresita, llevaba los puntos, que para eso sabe contar muy bien con sus cinco añitos.
La partida fue dominada por mí con relativa facilidad. Se decantó a mi favor cuando conseguí robar a José María una ciudad que él había comenzado a construir. Terminé con dos figuritas por una él. Me parece que no recordaba la regla de que en caso de haber figuras de varios jugadores, se lleva los puntos el que mas tenga. No fue una partida muy entretenida. A pesar de no barrer al final, nunca me dio la sensación de que peligrara mi victoria.
Al terminar la partida me hubiera gustado echar una al Alhambra pero hoy había que trabajar, así que me volví a casita con mi Giganten debajo del brazo. Otro día será.
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Carcassonne, Boardgames, Juegos de mesa
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